La presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica Angelique Coetzee, que alertó a las autoridades del país sobre la aparición de la nueva variante Ómicron del Covid-19, reveló que los síntomas de la nueva cepa son «inusuales, aunque leves» y añadió que los pacientes se recuperan sin ser hospitalizados, por lo que aún no hay razones para entrar en pánico.
La especialista relató que entre sus pacientes con Covid-19 había últimamente jóvenes de diferentes etnias y estados sociales que se quejaban de una fatiga extrema, si bien no perdieron ni el olfato, ni el gusto. Entre los enfermos había una niña de seis años con el ritmo cardíaco y la temperatura muy altas.
«Sus síntomas eran muy diferentes y más leves de los que había tratado antes», dijo la doctora en una entrevista con el diario británico The Telegraph.
«Los síntomas son leves”, indicó la doctora Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica (SAMA), en declaraciones este domingo a la cadena de televisión local Enca. «Dentro de dos semanas podríamos tener una imagen diferente, pero por ahora así es como es”, agregó.
En opinión de Coetzee, a la vista de lo observado por los facultativos, la situación por el momento no justificaría el «pánico» generado.
Durante los últimos diez días, Coetzee ha recibido a pacientes positivos que acudieron a consulta sobre todo porque sufrían «una gran fatiga», según la agencia de noticias AFP, lo que es inusual en pacientes jóvenes. En su mayoría se trataba de hombres menores de 40 años. Poco menos de la mitad estaban vacunados.
También padecían de dolores musculares, una tos seca y «picazón en la garganta». Solo unos pocos tuvieron además una fiebre baja. Estos síntomas muy leves son diferentes a los causados por otras variantes, que producían síntomas más graves.
Los afectados desarrollan una «enfermedad leve» que se refleja en síntomas como «el dolor muscular y el cansancio durante uno o dos días de malestar», explicó la especialista a RIA Novosti. «Hasta ahora, hemos detectado que los infectados no sufren pérdida del gusto o del olfato. Pueden tener una ligera tos. No hay síntomas destacados. De los infectados, algunos están siendo tratados en casa», agregó.
El 18 de noviembre, Coetzee alertó a las autoridades de salud sobre este «cuadro clínico que no coincide con el de la variante delta», hasta ahora la predominante en Sudáfrica.
Días después, el 25 de noviembre, investigadores sudafricanos anunciaron que habían identificado la variante B.1.1.529, denominada al día siguiente ómicron por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se cree que tiene múltiples mutaciones y probablemente sea muy contagiosa.
Coetzee avisó al comité consultor de vacunas del país sobre la rara variante el pasado 18 de noviembre, cuando cuatro miembros de su familia dieron positivo por coronavirus, lo que se reflejó en un acusado cansancio.
En total, una veintena de pacientes de Coetzee presentaron los síntomas de la nueva variante. La mayoría de ellos eran hombres y la mitad no estaban vacunados.
Por otra parte, la experta advirtió que la llegada de la cepa ómicron conlleva riesgos adicionales para los mayores no inmunizados. «Lo que nos tiene que preocupar ahora es que cuando las personas mayores no vacunadas se infecten con la nueva variante», ya que —advierte— «si no se vacunan, vamos a ver a muchas personas con una [forma de la] enfermedad grave».