El precio de los combustibles y el de la gasolina es actualmente una de las mayores preocupaciones del mundo y por consiguiente de Colombia. Todos los países están envueltos en una crisis energética, primero por el impacto de la emergencia sanitaria producto del covid-19 y luego por la guerra en Ucrania, que ha afectado los suministros.
Como Colombia, cada país ha emprendido debates en torno a modificaciones en la estructura de costos de los combustibles, lo que ha derivado que los gobiernos tengan que decidir alzas producto del impacto del incremento de los precios del petróleo y los costos de producción.
Cuando el mundo está en medio de una crisis energética, el precio de la gasolina se ha vuelto una preocupación central en la mayoría de los países que deben comprar combustibles en los mercados internacionales para abastecer su demanda local.
Este es el debate actual en Colombia, en que el Gobierno ha decidido anunciar incrementos en el valor de la gasolina, medida que preocupa a los consumidores.
Tanto es así que el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, dijo que estos aumentos empezarán en octubre con una cifra moderada para lo que resta del 2022, pero el próximo año se realizarán de manera escalonada.
Sin embargo, las diferencias de precios entre países se deben a los diversos impuestos y subsidios, como está ocurriendo en Colombia, pues gracias al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) el galón de la gasolina no ha experimentado fuertes alzas en línea con el precio del petróleo.
Hay que decir que todos los países tienen acceso a los mismos precios del petróleo de los mercados internacionales, pero lo que hace que estos varíen al llegar al país de destino es la decisión de cada gobierno de imponer impuestos que considera necesarios, dependiendo de sus reglas.
Y es por esta razón que el precio minorista de la gasolina es diferente en todos los países del mundo.
La inflación
El presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), Francisco Lloreda, publicó en su cuenta de Twitter que “si no existiese el FEPC el valor de los galones de gasolina corriente y diésel en las estaciones de servicio sería el doble, es decir, que están subsidiados en casi un 50%. Este subsidio beneficia a todos los consumidores sin diferenciar el nivel socioeconómico, excepto la gasolina extra”, advirtió el máximo líder del gremio petrolero y gasífero.
Sin duda el frenético aumento del precio de combustibles como el petróleo, la gasolina, el diésel y el gas ha elevado la ola inflacionaria que está golpeando duramente el presupuesto de los hogares y causando trastornos en el costo del crédito (por la subida en las tasas de interés) y el crecimiento económico.
De acuerdo con expertos y analistas, Colombia es el tercer país en Latinoamérica con la gasolina menos costosa.
Para establecer este cálculo, los expertos de globalpetrolprices.com tuvieron en cuenta el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita como una media para establecer el ingreso mensual que reciben las personas o los hogares.
Por ejemplo, si el costo de la gasolina en Suiza parece a primera vista “carísimo”, en realidad no lo es, al compararlo con el nivel de riqueza del país.
De otra parte, el presidente Gustavo Petro ha sido enfático en que al país le toca, sí o sí, ver una serie de aumentos en el precio de la gasolina, descontando el ACPM, para poder contener el hueco fiscal que deja el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) y que, según cálculos del Ministerio de Hacienda, representaría cerca de $24 billones anuales.
La decisión es, entonces, la de dejar de subsidiar el precio de la gasolina corriente en el país a cuenta, entre otros, de que es un subsidio que se está entregando a las personas con la capacidad de pagar más. En su momento, el codirector del Banco de la República de Colombia, Roberto Steiner, mencionó que es un subsidio que distorsiona.