Un “coctel” de licor con escopolamina habría sido la mezcla que acabó con la vida del Padre Javier Eduardo González en un bar de La 70 en Medellín.
Según la Policía, el párroco ingresó al bar hacia la una de madrugada del sábado con otro hombre. “El administrador del bar nos dice que él llegó en compañía de otra persona, que consumen algunas bebidas y que la persona que se encontraba con él se retira media hora después. Los hechos se presentan entre una y una y media de la mañana. La persona se va más o menos a las 2 de la mañana”, explicó el coronel José Miranda, comandante de la Policía de Medellín.
Los dos hombres se tomaron algunas bebidas. El acompañante tomó el reloj, la billetera y el celular del sacerdote y se fue del lugar. González quedó aparentemente dormido sobre la mesa y el administrador del bar pensó que estaba borracho, por lo que lo sacó del establecimiento y lo dejó en el andén.
Ante esta situación, el acompañante del sacerdote es el principal sospechoso de su muerte y las autoridades trabajan en identificarlo.
Tras el hecho, que conmocionó a los ciudadanos, las autoridades comenzaron las investigaciones para saber qué sucedió, teniendo en cuenta que González se desplomó en una de las mesas del bar sin heridas en su cuerpo.
El fallecimiento del sacerdote González Pertuz tiene conmocionados a los feligreses de Medellín por las extrañas circunstancias en las que ocurrió.