Continúa la investigación por el múltiple homicidio del llamado clan Vega en el sector de Villa Campestre, Puerto Colombia.
En las últimas horas, se conoció otra línea de investigación abierta en torno a las actividades y fortuna de esta familia que estaba bajo la lupa de las autoridades.
La revisión del origen de las propiedades y las empresas que están a nombre de este clan, oriundo de La Guajira, se vienen dando desde antes de que se registrara la masacre en la que cayeron Rafael Vega Cuello y sus hijos Ray de Jesús y Ronald Vega Daza.
Según las autoridades, estas personas tenían varias empresas, entre ellas, High Tech de la 53, que según registros públicos, figura a nombre de Rafael Julio Vega Cuello y está radicada en Barranquilla.
Esta compañía está dedicada a la comercialización de equipos de telecomunicaciones inalámbricos; así como al comercio al por menor de computadores, programas de informática y equipos de telecomunicaciones en establecimientos especializados.
A uno de los hijos de Vega Cuello, Ronald Iván, le figuraba la empresa Gestiones y Soluciones RVD. Esta compañía se dedica a actividades inmobiliarias realizadas con bienes propios o arrendados, alquiler y arrendamiento de otros tipos de maquinaria.
Según un reportaje entregado por el diario El Tiempo, los registros mercantiles dan cuenta que esta familia es propietaria de un apartamento en la lujosa zona de Villa Santos, al norte de Barranquilla, a pocas cuadras de donde la exsenadora Aida Merlano tenía una de sus casas.
Este inmueble está a nombre de Roberto Carlos Vega Daza (sobrevivientes de la masacre), y de acuerdo con El Tiempo, fue adquirido en marzo de 2019 por 116 millones de pesos, según consta en actas de la notaría primera de Barranquilla.
Por la cantidad de bienes que acumulaba esta familia, los investigadores están seguros de que el hecho de que Roberto Carlos y su madre, Maili Daza, hayan quedado vivos no fue un error. “Es posible que les estén exigiendo entrega de bienes y de dinero”, aseguró una fuente enterada.
Las autoridades también indagan si la masacre tendría nexos con el presunto robo de un cargamento de cocaína, que habría hecho gente cercana de los Vega a unos narcos de Medellín.