Mientras los novios sellaban su vínculo afectivo con el tradicional vals (adornado con sonidos árabes), las llamas se apoderaron del centro de eventos ubicado en el distrito de Al-Hamdaniya, en la provincia de Nínive, lo cual produjo desespero y zozobra entre los invitados que buscaron resguardar sus vidas ante el peligro inminente.
El momento solemne pasó de la dicha a la tristeza por el saldo de muertos que dejó la fuerte conflagración: cerca de 113 personas fallecidas y más de 100 con diferentes lesiones leves y otras de gravedad.
Aunque en un principio se comentó que los novios habían fallecido en el hecho registrado en la noche del martes 26 de septiembre, medios internacionales constataron que lograron salvarse de morir incinerados.