Por: Yasher Bolívar Pérez
La final de la Copa BetPlay entre América de Cali y Atlético Nacional, disputada en el estadio Pascual Guerrero, se vio empañada por graves desórdenes protagonizados por algunos aficionados del equipo local. Sobre el minuto 84, hinchas ingresaron al campo de juego y lanzaron gases lacrimógenos, obligando a detener el encuentro.
El malestar de los hinchas americanos se produjo debido al marcador global adverso tras el partido de ida (3-1 a favor de Nacional), sumado a la derrota parcial en casa. Las autoridades, que habían flexibilizado restricciones sobre el ingreso de objetos prohibidos, enfrentarán cuestionamientos por el incumplimiento de los compromisos por parte de las barras.
En medio de la polémica, Adrián Ramos, histórico delantero del América que disputaba su último partido como profesional, pidió disculpas entre lágrimas a la afición tras el desenlace del encuentro, lamentando no haber cumplido con el objetivo del título. El evento deja una imagen preocupante sobre la gestión de la seguridad en el fútbol colombiano.