El crimen violento en la capital del Atlántico creció un 23%, mientras que otras ciudades como Medellín y Cali reportaron cifras históricas de reducción.
Barranquilla se ha posicionado como la ciudad con el mayor incremento en homicidios en Colombia durante 2024, con un alarmante aumento del 23% en los casos reportados. De acuerdo con datos proporcionados por la Policía Nacional, la ciudad cerró el año con 486 asesinatos, lo que representa 111 casos más que los 375 homicidios registrados en 2023. De estos 486 homicidios, alrededor de 240 fueron atribuibles a sicariatos.
El aumento en Barranquilla contrasta con las tendencias observadas en otras ciudades del país, donde algunos territorios lograron disminuir significativamente los índices de violencia. Bogotá, por ejemplo, reportó un incremento del 11% en homicidios, alcanzando 110 casos más que el año anterior, mientras que Cúcuta y Pereira también experimentaron alzas de 7% y 16%, respectivamente.
Por otro lado, Cartagena logró una leve disminución del 1.7% en homicidios, con 388 casos en 2024 frente a los 395 del año anterior.
Medellín y Cali destacan por reducción histórica en homicidios
En una señal positiva, Medellín y Cali, dos de las principales ciudades del país, destacaron por haber logrado reducciones históricas en los homicidios durante 2024. Medellín reportó una disminución del 16%, con 62 homicidios menos que en 2023, cerrando el año con 297 casos. Por su parte, Cali registró 946 homicidios, lo que representa una baja del 7% frente al año anterior.
Jairo García, secretario de Seguridad de Cali, comentó a Noticias Caracol que la ciudad logró su tasa más baja de homicidios en los últimos 31 años, con una tasa de 41 homicidios por cada 100,000 habitantes. Según García, la reducción puede atribuirse a un enfoque integral de seguridad que incluye acciones contra las bandas criminales y programas sociales, especialmente aquellos dirigidos a jóvenes. En este contexto, destacó el programa La Buena, que ha intervenido a 1,800 jóvenes semanalmente.
El 2024 se presenta, por tanto, como un año de contrastes en las principales ciudades del país: mientras algunas ciudades como Barranquilla enfrentan un preocupante aumento en la violencia, otras como Medellín y Cali logran avances significativos en la reducción de homicidios, lo que sugiere que la implementación de políticas públicas enfocadas en seguridad y justicia puede ser clave para enfrentar el crimen en las grandes urbes.