El presidente Gustavo Petro enfrentó una ola de reclamos y momentos de alta tensión durante su visita al Catatumbo, donde socializó el decreto de conmoción interior decretado para afrontar la crisis humanitaria generada por los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc en Norte de Santander.
La comunidad expresó su inconformidad con la gestión del Gobierno y cuestionó las medidas adoptadas. En un punto del evento, una mujer representante de la comunidad, visiblemente molesta, interrumpió el protocolo y exigió ser escuchada: “Señor presidente, míreme que le estoy hablando”, reclamó al sentirse ignorada.
Otro líder social criticó la falta de presencia del Gobierno en el territorio: “El Gobierno tiene que estar en el territorio, no sentados en una oficina. Nosotros hemos venido por respuestas”.
En medio de las críticas, algunos asistentes rechazaron la declaratoria de conmoción interior, argumentando que no es necesaria para la implementación del llamado Pacto Social por el Catatumbo. “Ese pacto no necesita un estado de conmoción interior para desarrollarse, sino un compromiso real del Gobierno con recursos y acciones”, enfatizó uno de los voceros comunitarios.
Además, líderes sociales aprovecharon la presencia del mandatario para expresar su temor ante las amenazas que han recibido por su trabajo en la región, advirtiendo que sus vidas están en peligro.
El ambiente en el evento evidenció la inconformidad de la comunidad con la estrategia del Gobierno y la incertidumbre sobre el impacto real de la medida en la solución de la crisis de seguridad que afecta a la zona.