Después de más de dos décadas de incertidumbre, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) entregó los cuerpos de Claribel Rodríguez Sierra, Claudia Patricia Peña y la indígena Wiwa Elibeth Vega Izquierdo, quienes fueron dadas por desaparecidas en el conflicto armado.
Los cuerpos fueron hallados en el Cementerio Central de San Juan del Cesar, en La Guajira, en coordinación con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD). La recuperación de los restos se dio en el marco de una medida cautelar ordenada por la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP, liderada por el magistrado Alejandro Ramelli, como parte de la investigación del Subcaso Costa Caribe – Caso 03, que documenta asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate.
Gracias a esta decisión judicial, se identificaron 71 sitios de interés y se exhumaron 38 cuerpos, todos con señales de muerte violenta.
Según la investigación de la JEP, las tres jóvenes fueron reclutadas por las FARC-EP cuando eran menores de edad. Sin embargo, al decidir desertar, fueron capturadas por integrantes del frente Mártires del Valle de Upar del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), bajo el mando de Adolfo Guevara Cantillo, alias ‘101’. Posteriormente, fueron entregadas al Grupo de Caballería Mecanizado Nº 2 Juan José Rondón (GMRON) del Ejército Nacional y presentadas como bajas en combate el 23 de agosto de 2005.
Este caso se suma a otros documentados por la JEP, en los que combatientes de grupos armados fueron ejecutados tras rendirse o quedar fuera de combate y reportados falsamente como muertos en enfrentamientos, lo que constituye una grave violación del Derecho Internacional Humanitario.
El hallazgo de los cuerpos en San Juan del Cesar se enmarca dentro de un patrón de ocultamiento que también ha sido identificado en otros cementerios del país, como los de Dabeiba (Antioquia), El Copey (César) y Jardines de la Misericordia en Ituango y Carepa (Antioquia).
Claribel Rodríguez Sierra tenía 14 años cuando desapareció en el año 2000. Salió de su casa en Villanueva, La Guajira, con destino al colegio José Agustín Mackenzie, pero nunca regresó. Su familia descubrió posteriormente que había sido reclutada por las FARC-EP.
Ese mismo año, Claudia Patricia Peña, de 13 años, desapareció en San Juan del Cesar, donde vivía tras haberse trasladado desde Norte de Santander.
A la misma edad, Elibeth Vega, de la comunidad indígena Wiwa de Sabanas de Joaquina, en la Sierra Nevada de Santa Marta, también fue reclutada.
Tras permanecer en el grupo guerrillero durante varios años, las tres jóvenes decidieron escapar junto con otro combatiente. Sin embargo, su intento de deserción fue frustrado cuando fueron capturadas y posteriormente asesinadas.
La entrega digna de sus cuerpos a sus familias representa un paso hacia la verdad y la reparación dentro del proceso de justicia transicional en Colombia.