Crece la tensión institucional por fallos de la Corte Constitucional favorables al Gobierno Petro
La reciente decisión de la Corte Constitucional de avalar, con condiciones, el decreto de conmoción interior en el Catatumbo ha desatado una nueva ola de controversia política y jurídica en Colombia. Aunque se trató de una aprobación condicionada, el fallo es percibido como una muestra de respaldo al Gobierno de Gustavo Petro, lo que ha llevado a sectores críticos a encender las alarmas sobre el rumbo del alto tribunal y sus implicaciones para el equilibrio democrático.
Más allá de la legalidad del decreto, lo que ha generado inquietud es la percepción de que la Corte está adoptando posturas cada vez más alineadas con el Ejecutivo. Este escenario ha sido interpretado por algunos constitucionalistas como un giro hacia una mayor afinidad con la visión del Gobierno, en especial en momentos clave como la elección de nuevos magistrados que podría consolidar esa tendencia.
A este panorama se suma el debate sobre el uso de figuras excepcionales como la conmoción interior, contempladas en la Constitución para situaciones de grave alteración del orden público. La posibilidad de una aplicación más amplia de esta medida —incluso a nivel nacional— ha llevado a algunos analistas a advertir sobre escenarios hipotéticos en los que se busque extender el mandato presidencial en medio de una crisis institucional.
Aunque legalmente el mandato de Petro concluye en 2026, las especulaciones sobre una eventual alteración del calendario electoral han comenzado a circular, alimentadas por la inquietud de que la Corte, con una nueva composición afín al Gobierno, pueda validar decisiones excepcionales que alteren la ruta democrática del país.
Por ahora, el foco está puesto en la renovación parcial de la Corte Constitucional, un proceso que definirá si el alto tribunal mantiene su actual orientación o gira hacia un perfil más plural. En juego no solo están los contrapesos institucionales, sino también la estabilidad del sistema democrático en un momento de alta polarización política.