Por: Yasher Bolívar Pérez
El defensor paraguayo Javier Báez enfrentó con entereza el peso de la responsabilidad luego de errar el penalti que pudo haberle dado la victoria al Junior frente al América de Cali. El zaguero, que tomó la pelota sin dudarlo tras la falta cometida sobre Teófilo Gutiérrez, prefirió ejecutar el cobro él mismo, desestimando la intención de su compatriota Guillermo Paiva, quien ya había convertido desde los once pasos en un partido anterior. El resultado: un disparo predecible que fue detenido por Santiago Silva, portero del equipo escarlata.
“Soy el único responsable de que no hayamos ganado”, declaró Báez en zona mixta, visiblemente afectado por el desenlace del partido. Reconoció el esfuerzo de sus compañeros, la entrega de los hinchas y la confianza del cuerpo técnico encabezado por César Farías, pero insistió en que su fallo fue determinante. A pesar de haber acertado un penal en la reciente definición por Copa Sudamericana frente al mismo rival, esta vez no pudo concretar lo que habría sido su primer tanto con la camiseta rojiblanca.
El técnico César Farías, lejos de señalar culpables, respaldó públicamente a su jugador y contextualizó el error dentro de una larga tradición de grandes figuras que también fallaron en momentos clave. “Para fallar un penal hay que pararse delante de la pelota”, dijo Farías, subrayando el coraje de Báez. Aun así, el empate dejó al Junior sin el liderato y con la necesidad de rehacerse anímicamente para lo que resta del torneo.