Un nuevo capítulo se abre en el caso de presunta corrupción que involucra al hijo del presidente Gustavo Petro. Según un informe de Policía Judicial en poder de la Fiscalía, Daysuris Vásquez, exesposa de Nicolás Petro, reconoció explícitamente que los recursos que se estaban moviendo —a través de su tío César Vásquez— tenían origen ilícito, y que el propio Nicolás estaba al tanto.
En una serie de chats, Day pide a su tío firmar desistimientos notariales para encubrir la compra frustrada de bienes con cheques de gerencia. La mujer advierte que no devolverá el dinero a Nicolás Petro porque “ese dinero fue ilegal” y asegura tener pruebas del origen del mismo. La trama, según el documento judicial, incluye el uso de familiares como presuntos testaferros y hasta menciones de personas con antecedentes de extradición.
En uno de los mensajes más comprometedores, Nicolás Petro le escribe al tío de Day para advertirle: “no se vaya a robar la plata”, en referencia a un reembolso de $1.600 millones por la casa número 4 del condominio La Herradura, frustrada tras los escándalos. La respuesta de Day fue tajante: le pide a su tío que lo bloquee de WhatsApp, lo cual, según la Fiscalía, deja en evidencia que ambos sabían perfectamente el origen del dinero.
La investigación apunta a que la compra del inmueble fue apenas la punta del iceberg en una red de movimientos sospechosos de dineros que habrían tenido como destino campañas políticas, lujos personales y ocultamiento de patrimonio. Aunque Nicolás Petro ha intentado distanciarse de los señalamientos, estos chats lo ubican directamente en el centro de la operación.
Mientras tanto, la Fiscalía avanza en el acopio de pruebas que podrían determinar si hay méritos para llamarlo a juicio, en uno de los escándalos más corrosivos para la narrativa de “cero tolerancia a la corrupción” que ha promovido el Gobierno de su padre.