En su primera salida como pontífice, el papa León XIV acudió este sábado a rezar en silencio ante la tumba de su antecesor, Francisco, en la basílica de Santa María la Mayor, tras visitar por sorpresa el santuario agustino de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, a las afueras de Roma.
León XIV, muy cercano al fallecido Francisco, rindió homenaje en privado al pontífice emérito, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años, cumpliendo así con uno de sus primeros gestos simbólicos tras ser elegido jefe de la Iglesia católica. Recibido entre aplausos y vítores de los fieles, se arrodilló ante la tumba para una oración silenciosa.
La jornada comenzó con una visita no anunciada al santuario agustino en Genazzano, donde fue ovacionado por cientos de fieles. Allí, rezó ante la imagen mariana venerada por la Orden de San Agustín y dirigió palabras de confianza y esperanza a los presentes. “He deseado mucho venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado”, expresó.
El Vaticano confirmó que el papa sostuvo un encuentro privado con la comunidad religiosa del santuario antes de despedirse con una bendición desde la puerta de la basílica. La visita, cargada de simbolismo, recuerda el profundo vínculo espiritual y personal de León XIV con este santuario, al que ha acudido tras cada paso importante de su vida clerical.