El presidente de Rusia, Vladímir Putin, declinó participar en una cumbre en Estambul con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, prevista para este jueves, frustrando las expectativas de un posible avance hacia la paz en el conflicto entre ambos países. En su lugar, el Kremlin confirmó que enviará una delegación encabezada por su asesor para asuntos culturales, Vladímir Medinski, a la ciudad turca, sede de las últimas conversaciones de paz en 2022.
Aunque Zelenski había aceptado el encuentro, incluso con el respaldo del presidente turco Recep Tayyip Erdogan como mediador, la negativa de Putin deja en suspenso la participación de Ucrania en la cita, que ahora corre el riesgo de no concretarse como diálogo directo entre jefes de Estado.
El anuncio fue interpretado como una señal de que el Kremlin no cederá fácilmente a los llamados internacionales para declarar un alto el fuego de 30 días, una propuesta que ha sido apoyada por la Unión Europea, Estados Unidos e incluso por líderes como Lula da Silva, presidente de Brasil, quien recientemente visitó Moscú con el objetivo de mediar entre las partes.
La sombra del fracaso de París
Putin y Zelenski no se ven cara a cara desde diciembre de 2019, cuando se reunieron en París con la mediación de Francia y Alemania, sin lograr entonces ningún avance sustancial. Desde entonces, la tensión ha escalado a una guerra total que cumple ya más de dos años, con miles de muertos y millones de desplazados.
Las nuevas negociaciones en Estambul contarán, además de Medinski, con figuras clave del gobierno ruso como el viceministro de Exteriores Mijaíl Galuzin, el viceministro de Defensa Alexandr Fomin y el general Ígor Kostiukov, jefe de inteligencia militar.
Desconfianza desde Kiev
La designación de Medinski, conocido por su cercanía ideológica a Putin y por haber encabezado la delegación rusa en las fallidas conversaciones de 2022, genera escepticismo en Kiev. Aquella vez, las negociaciones colapsaron tras la masacre de civiles en Bucha, atribuida a tropas rusas, y por demandas inaceptables para Ucrania, como la reducción drástica de su Ejército.
El presidente ucraniano ha reiterado estar dispuesto a dialogar, pero subraya que no aceptará condiciones que impliquen una rendición o vulneren la soberanía del país.
Clamor internacional por la paz
Mientras tanto, líderes mundiales como el papa León XIV han elevado sus voces para urgir un cese inmediato de las hostilidades. En un mensaje dirigido a las Iglesias orientales, el pontífice dijo que “la guerra nunca es inevitable” y ofreció a la Santa Sede como escenario neutral para facilitar un cara a cara entre los líderes.
“El pueblo quiere la paz y yo, con el corazón en la mano, les digo a los líderes del pueblo: ¡reunámonos, hablemos, negociemos!”, expresó el papa estadounidense.
Por ahora, la posibilidad de una cumbre directa entre Putin y Zelenski sigue lejana. Pero la reanudación del diálogo, aunque indirecto, abre una pequeña ventana a la diplomacia en medio de un conflicto que ha estremecido al mundo.