Por: Yasher Bolívar Pérez
Lamine Yamal está a punto de asumir uno de los mayores símbolos del fútbol contemporáneo: el dorsal 10 del FC Barcelona. A sus 17 años, el joven canterano no solo ha consolidado su lugar en el primer equipo con actuaciones brillantes, sino que ha provocado una verdadera revolución emocional entre los culés, recordando a las grandes figuras que han forjado la leyenda blaugrana.
En escenarios de alta exigencia ante Inter, Real Madrid, Villarreal o Espanyol, Yamal no se ha encogido: ha brillado. La madurez con la que interpreta el juego, su capacidad de desequilibrio y su carisma natural en el campo lo proyectan como mucho más que una promesa. No sorprende, entonces, que el club haya decidido concederle el mítico número 10, que en las últimas décadas ha estado reservado a los nombres más icónicos de la institución: Messi, Ronaldinho, Maradona.
El anuncio se hará el próximo 13 de julio, en el día de su mayoría de edad y en el marco de su renovación contractual. Será, también, una potente jugada simbólica y comercial. Con Nike al frente de la campaña, el FC Barcelona busca no solo posicionar a Yamal como nuevo estandarte deportivo, sino reactivar el relato de identidad y continuidad que el club tanto necesita en esta nueva etapa. El 10 no es solo un número: es una narrativa, un legado. Y Lamine Yamal, con su fútbol precoz y deslumbrante, está listo para encarnarlo.