El incidente ocurrió alrededor de las 5:50 p. m., cuando, según reportes oficiales, Oñate Zuleta se exaltó en el establecimiento y, en un aparente estado de alteración, destruyó parte de una ruleta con una silla. Posteriormente, se negó a pagar los daños y habría insultado a los agentes que acudieron al lugar.
La Fiscalía 35 Local de la URI lo presentó ante el Juzgado 14 Penal Municipal con Función de Control de Garantías, que legalizó su captura y ordenó medida de aseguramiento domiciliaria por los delitos de daño en bien ajeno agravado y violencia contra servidor público. El artista no aceptó los cargos y no se interpusieron recursos contra la decisión judicial.
Durante su traslado a la URI, Oñate Zuleta continuó con una actitud violenta: intentó golpear a un intendente, insultó a una patrullera, y arrojó al suelo el celular de uno de los uniformados. También alteró el orden en la sala de espera de las instalaciones judiciales.
Tras conocerse la noticia, desde su cuenta de Instagram se publicó un mensaje que sería una respuesta indirecta a lo sucedido:
“Los errores no son fracasos. Son parte del camino. Cada caída nos deja una enseñanza (…). No hay error que no traiga consigo una lección si aprendemos a mirar con humildad.”
Esta no es la primera vez que Jorge Luis Oñate protagoniza un hecho violento. En 2022, durante el Festival Vallenato, fue retenido por agredir a un agente de tránsito. Y en 2019, fue capturado en el aeropuerto El Dorado tras negarse a un control de seguridad y golpear a una funcionaria.
El caso ha causado revuelo en Valledupar, tanto por el comportamiento del artista como por su condición de hijo de uno de los máximos exponentes del vallenato.