Por: Yasher Bolívar Pérez
El ambiente en Junior de Barranquilla vuelve a tensarse tras una nueva eliminación, esta vez en la Liga Colombiana. César Farías, señalado por los pobres resultados del semestre —quedarse sin final y ser eliminado prematuramente en la Sudamericana—, enfrentó con firmeza los rumores sobre su salida. En rueda de prensa, el técnico venezolano fue categórico: “Yo tengo contrato, trabajo todos los días con las mismas ganas”, sostuvo, aunque admitió que no tiene claridad sobre su futuro inmediato.
Más allá del respaldo que asegura tener por parte de la familia Char, Farías reconoció que el semestre estuvo marcado por fallos defensivos, poca eficacia y decisiones arbitrales que, a su juicio, condicionaron el rendimiento del equipo. “Cometimos cinco errores y nos costaron cinco goles. Si no concretas y regalas atrás, el fútbol te cobra, y a nosotros nos cobró”, afirmó con autocrítica, pero sin perder el tono de justificación que ha caracterizado sus declaraciones en los últimos meses.
Pese a su defensa del trabajo hecho, el técnico también admitió que Junior quedó en deuda con su afición. El último juego del cuadrangular contra América será, más que una despedida formal del semestre, un examen simbólico de carácter. Farías insiste en que no se ha rendido, pero la sensación en el entorno rojiblanco es clara: su continuidad depende menos del contrato vigente y más de una decisión política dentro del club. Una decisión que, por ahora, sigue en suspenso.