El ministro del Interior, Armando Benedetti, presentó una denuncia penal por injuria y calumnia contra la representante Lina María Garrido, de Cambio Radical, tras un cruce de mensajes en redes sociales motivado por el discurso de réplica de la congresista al presidente Gustavo Petro en la instalación del Congreso.
Benedetti justificó la acción legal señalando que Garrido actuó “con mala fe, imprecisiones y mentiras en medios de comunicación y redes sociales”. La denuncia ocurre luego de que la representante mencionara un episodio de supuesta violencia de género ocurrido en Madrid, España, que involucró a Benedetti y su esposa, Adelina Guerrero.
“Respete a Colombia; aquí el único ‘cafre’ es usted, drogadicto y agresor de mujeres. Y ni se le ocurra amenazarme con cuchillo, como lo hizo con su esposa en España: le iría mal; yo sí me le paro duro”, afirmó Garrido en respuesta a Benedetti en X.
Cabe recordar que, en su momento, Guerrero desmintió las versiones de una presunta agresión con arma blanca, calificándolas como falsas y lesivas para su familia.
El cruce de señalamientos se intensificó luego de que Benedetti calificara de “vulgar, ordinaria y grosera” la intervención de Garrido, señalando que careció de cifras y argumentos, en contraste con lo expuesto por Petro. Por su parte, Garrido criticó fuertemente al mandatario en su discurso, asegurando que Petro incumplió sus promesas de campaña y que había instrumentalizado a la vicepresidenta Francia Márquez.
El discurso de Garrido provocó que el presidente Petro se retirara del recinto durante la sesión, mientras que el jefe de despacho de la Casa de Nariño, Alfredo Saade, también arremetió contra la congresista y reiteró la idea de una posible reelección de Petro en 2026.
Pese al malestar en el Gobierno, la representante ha recibido respaldos de sectores de oposición que afirman sentirse identificados con sus palabras y advierten que se mantendrán firmes en la crítica al Ejecutivo.
Este nuevo episodio profundiza las tensiones entre el Gobierno y sectores de la oposición en un ambiente político marcado por la confrontación y la falta de canales de diálogo entre las partes.