Por: Yasher Bolívar Pérez
Kylian Mbappé no solo ha irrumpido en el Real Madrid con goles y títulos, también lo hará ahora como heredero simbólico de una de las camisetas más emblemáticas del club: el número 10. Tras la salida de Luka Modric al AC Milan, el francés —quien portó el dorsal 9 en su primera temporada— asumirá un número con historia, mística y peso. Un gesto que representa tanto una transición futbolística como una operación estratégica de marca.
La decisión, más allá del protocolo de dorsales, responde también a una narrativa personal. Mbappé ha vestido el número 10 en la selección de Francia y en sus primeros años en el Mónaco, y ahora lo hará en el Bernabéu, justo cuando el club busca renovar su identidad y capitalizar comercialmente su imagen. Solo el año pasado, las camisetas con el “Mbappé 9” batieron récords de venta. La reintroducción del crack con el nuevo dorsal promete otro impulso en mercadeo global.
El delantero regresa a los entrenamientos el 4 de agosto con la mirada puesta en su primera cita oficial de la temporada 2025-26: el 19 de agosto ante Osasuna en el Santiago Bernabéu. Tras conquistar el Pichichi, la Bota de Oro y la afición merengue, Mbappé asume ahora una nueva responsabilidad: honrar el número que dejó un ícono del mediocampo y convertirlo en emblema de una nueva era ofensiva.