El caso de la patrullera María Alejandra Guerrero Montiel, quien murió tras caer desde un quinto piso en Barranquilla el pasado 28 de abril, ha dado un drástico giro. Un informe pericial revelado recientemente pone en duda la versión inicial de suicidio y respalda la hipótesis de que la joven fue arrojada por la ventana.
El único testigo de los hechos, el subintendente Andrés Alfonso Castro, aseguró en su momento que la patrullera se levantó de madrugada, actuó de forma extraña y se lanzó por voluntad propia. Sin embargo, la familia de la víctima siempre descartó esa versión y señaló a Castro como el principal sospechoso.
Ahora, un análisis forense revelado por *El Espectador* refuerza la teoría de los familiares. Según el informe, la posición del cuerpo de Guerrero Montiel y la distancia del punto de impacto indican que no se trató de una caída voluntaria, sino de un impulso externo. De haberse lanzado por sí misma, habría caído sobre un balcón del edificio.
“María Alejandra fue impulsada desde la ventana, y eso lo establece la física forense, que nos da cuenta de la posición del cuerpo, la distancia donde quedó y la forma en que aparecen las heridas”, afirmó John Faber Buitrago, abogado de la familia.
Además, el informe de necropsia, que aún no ha sido entregado completamente a los familiares, revelaría heridas que no concuerdan con un suicidio. La patrullera presentaba una lesión con arma cortopunzante en la espalda y heridas defensivas en los antebrazos, lo que indicaría que hubo una confrontación antes de la caída.
Los familiares también denunciaron irregularidades en la escena del hecho, como la pintura reciente del apartamento y el cambio de puertas, lo que podría apuntar a un intento de encubrimiento.
El subintendente Castro está vinculado formalmente al proceso, mientras las autoridades continúan con la investigación. La familia de María Alejandra exige celeridad y justicia para esclarecer lo ocurrido esa noche.