Por: Yasher Bolívar Pérez
En las profundidades de Chengdú, el tricolor volvió a ondear con fuerza. Carolina Rodríguez, dueña de una determinación inquebrantable, conquistó la medalla de plata en apnea dinámica sin aletas, sumando así su segundo podio en estos Juegos Mundiales. Solo la china Huang logró superarla, mientras que la italiana Pozzi completó el cuadro de honor. Con dos preseas en su haber, Rodríguez ya es uno de los nombres propios del certamen.
La hazaña no fue solo femenina. Juan Fernando Ocampo, récord mundialista en los 200 metros superficie, volvió a demostrar por qué es referencia internacional. En una final intensa, el colombiano alcanzó el bronce, quedando detrás del húngaro N. Kiss y del alemán J. Moerstedt. Esta medalla se suma a la que obtuvo en el relevo masculino 4×50 metros, consolidando su papel como pilar del equipo nacional.
Con estos logros, Colombia alcanza cinco medallas en lo que va del evento: dos platas y tres bronces, todas en disciplinas subacuáticas. Más allá de las cifras, el mensaje es claro: el país ha aprendido a respirar donde otros se ahogan, y en este escenario global, compite de tú a tú con las potencias acuáticas.