La tranquilidad del norte de Barranquilla se vio interrumpida por un atraco digno de una película de acción. A tan solo tres cuadras de la casa del alcalde Alejandro Char, delincuentes protagonizaron un millonario robo a la joyería Neogold, ubicada en el centro comercial Le Meridiem Golf.
En cámaras de seguridad quedó registrado cómo los asaltantes ingresaron al local, intimidaron a la vendedora y, en cuestión de minutos, vaciarían las vitrinas, llevándose cadenas, anillos, aretes y demás artículos de lujo. El botín, según las primeras estimaciones, asciende a cientos de millones de pesos.
El plan y la huida
Testigos relataron que una pareja, acompañada de un supuesto escolta, llegó al lugar fingiendo interés en comprar joyas. La ilusión de una compra terminó en terror cuando sacaron armas de fuego y empezaron a guardar las prendas en maletines. Afuera los esperaba un cuarto cómplice, y juntos huyeron en dos vehículos.
Lo que no imaginaron los delincuentes es que la reacción policial sería inmediata. Una persecución que inició en el centro comercial se extendió hasta el municipio de Soledad, donde los uniformados lograron interceptar los automóviles.
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Capturas y hallazgos
En total, seis personas fueron capturadas: Maicol Duglas Villarreal Martínez, Danny José Cantillo Tirado, Samuel David Calderón Ramos, Ricardo José De La Rosa Beltrán y Yailin Alejandra Ferrer Sánchez. En los registros, las autoridades encontraron parte del botín escondido en ductos de aire acondicionado y en la caja de cambios de los vehículos.
Entre lo recuperado hay joyas avaluadas en 30 millones de pesos, aunque la Policía advierte que el monto real del hurto es mucho mayor, pues otros cómplices lograron escapar con parte del botín.
¿Los Costeños detrás del golpe?
De acuerdo con las autoridades, la estructura criminal ‘Los Costeños’ estaría detrás del atraco, lo que encendió las alarmas sobre la capacidad de estas bandas para ejecutar robos de gran escala en zonas de alto perfil de la ciudad.
El caso dejó en evidencia cómo la inseguridad sigue golpeando incluso los sectores más vigilados de Barranquilla, y abrió interrogantes sobre la forma en que operan estas organizaciones en alianza con redes locales.