Después de más de dos años de espera, papeleo y trabas burocráticas, el proyecto de construcción de los viaductos en la vía Barranquilla-Ciénaga da un paso clave: la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) finalmente otorgó la licencia ambiental necesaria para iniciar las obras que buscan frenar la crítica erosión costera en ese corredor vial del Caribe.
El anuncio fue hecho por el Ministerio de Transporte y el Invías, que no ocultaron su satisfacción. Y no es para menos: esta obra ha sido considerada por expertos, autoridades y gremios como la única solución real y definitiva para proteger tanto la carretera como el ecosistema de la Ciénaga Grande de Santa Marta, uno de los más importantes del país.
“Este es un paso fundamental para garantizar la conectividad de la región Caribe y, al mismo tiempo, proteger uno de los ecosistemas más valiosos del país”, dijo la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas.
¿Qué incluye el proyecto?
La megaobra contempla la construcción de dos viaductos, uno de 5 kilómetros y otro de 3 kilómetros, con una inversión estimada de $700 mil millones y un plazo de ejecución cercano a 72 meses.
Desde Invías se precisó que, durante todo este tiempo, ya se venían realizando obras preventivas como enrocados multicapas en puntos críticos para evitar mayores afectaciones, mientras se obtenía la licencia.
“Cumplimos con todos los requisitos ambientales tras presentar el estudio de impacto más completo sobre la Ciénaga”, explicó Jhon Jairo González, director (e) del Invías.
Gremios celebran, pero exigen rapidez
El anuncio también fue bien recibido por gremios empresariales y de infraestructura, quienes lo calificaron como “una deuda histórica” con la región Caribe.
“Es una noticia que nos llena de esperanza. Esta obra puede cerrar por fin el ciclo de deterioro en esta vía estratégica”, indicó Héctor Carbonell, director de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) – Capítulo Norte.
Por su parte, Efraín Cepeda Tarud, presidente del Comité Intergremial del Atlántico, fue enfático:
“Ya tenemos la licencia, ahora que no se nos vaya otro año en pretextos. Necesitamos que la obra arranque cuanto antes”.
Y es que no se trata solo de infraestructura. Más de 12.000 vehículos transitan a diario por ese corredor, que conecta los puertos de Barranquilla y Santa Marta y por donde entra el 75 % de los alimentos que abastecen la Central de Abastos del departamento.
Una vía clave… y un ecosistema en riesgo
El senador Efraín Cepeda también reaccionó, destacando que la licencia representa “un paso trascendental” para salvar la Ciénaga Grande, catalogada como reserva de biósfera por la Unesco y humedal Ramsar.
“Es inconcebible que el Gobierno haya tardado tres años en entender la urgencia. Esta licencia es una deuda histórica. Estaremos vigilantes”, advirtió Cepeda.
Con el aval ambiental en mano, la pelota queda ahora en el campo de la ejecución. El Caribe espera que esta vez los tiempos se cumplan, y que el discurso de la conectividad se convierta en concreto, acero y desarrollo.