El Gobierno de Nicolás Maduro anunció el despliegue de 15.000 efectivos en los estados fronterizos de Zulia y Táchira, además de buques en aguas territoriales, como respuesta al movimiento de activos militares estadounidenses en el Caribe.
El Ejecutivo chavista calificó la situación como la “mayor amenaza” en un siglo y denunció que Washington busca un cambio de régimen mediante “máxima presión militar”. También informó de la movilización de 4,5 millones de milicianos y de un registro que, según cifras oficiales, ya suma 8,2 millones de ciudadanos.
En paralelo, Caracas pidió al secretario general de la ONU, António Guterres, interceder para detener lo que considera “acciones hostiles” de EE.UU. y recurrió a la Celac para solicitar el retiro inmediato de fuerzas norteamericanas.
Mientras tanto, marchas y concentraciones de simpatizantes chavistas se han multiplicado en Caracas y otras regiones, en respaldo a Maduro y en defensa de la “soberanía nacional”.