El Tribunal Supremo de Estados Unidos permitió este lunes reanudar los arrestos migratorios en Los Ángeles, al suspender un fallo que prohibía detener a personas sin causa razonable o por prejuicios raciales.
Con seis votos a favor y tres en contra, la Corte respaldó al Gobierno de Donald Trump, que había apelado la decisión de la jueza federal Maame Frimpong y del Noveno Circuito de Apelaciones, que en julio habían bloqueado las redadas masivas iniciadas en enero.
El fallo representa un duro golpe para miles de inmigrantes en el sur de California. “Cuando ICE me detuvo, nunca mostraron una orden judicial ni explicaron por qué… Ahora la Corte Suprema dice que eso está bien. Eso no es justicia, es racismo con placa”, señaló Pedro Vásquez Perdomo, inmigrante que encabeza la demanda contra la Casa Blanca.
En el dictamen, el juez Brett Kavanaugh argumentó que las detenciones migratorias basadas en sospechas de presencia ilegal “han sido un componente importante de la aplicación de la ley por décadas”.
Por su parte, la magistrada Sonia Sotomayor, en nombre de los tres jueces liberales, advirtió que el fallo constituye un “grave abuso”, ya que innumerables personas han sido detenidas o esposadas por su apariencia, acento o lugar de trabajo.
Organizaciones de derechos humanos y sindicatos, como el UFW, alertaron que la decisión deja en mayor riesgo a trabajadores agrícolas y comunidades inmigrantes.
La medida supone una victoria política para Trump y podría sentar precedente para operativos similares en otras grandes ciudades con alta presencia de migrantes.