La reforma tributaria impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro quedó prácticamente sin opciones de avanzar en el Congreso, luego de que en menos de 24 horas se radicaran dos ponencias de archivo tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.
El jueves, la representante Katherine Miranda, de la Alianza Verde, presentó una ponencia de archivo en la Comisión Tercera de la Cámara, argumentando que la iniciativa pretende recaudar hasta 26 billones de pesos “metiéndole la mano al bolsillo a los colombianos que ya no aguantan más impuestos”. Según Miranda, la propuesta afectaría de manera directa a los sectores más pobres y a la clase media, además de insistir en un aumento del precio de la gasolina que —afirmó— impactaría a campesinos, transportadores y consumidores en general.
A esta posición se sumó este viernes 21 de noviembre el senador Efraín Cepeda, quien radicó una ponencia de archivo en la Comisión Tercera del Senado, respaldada por 10 de sus 17 integrantes. Con ello, el proyecto quedó sin apoyo suficiente tanto en la cámara baja como en la alta, quedando virtualmente hundido.
Entre los congresistas que apoyaron la ponencia se encuentran Juan Pablo Gallo, Ciro Ramírez y Juan Carlos Garcés, además del propio Cepeda. En días previos, el senador y precandidato presidencial Mauricio Gómez Amín afirmó que el archivo surgió de un consenso entre varias bancadas, al considerar que la reforma tendría un impacto negativo sobre la economía de los hogares. “El bolsillo de los colombianos se reventó”, sostuvo al recordar la pasada reforma tributaria.
El Gobierno ha reiterado que la propuesta es indispensable para cubrir necesidades del presupuesto general y que su meta es recaudar 16 billones de pesos. Sin embargo, la oposición insiste en que la cifra real es mayor. En medio de las tensiones, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, ha sostenido reuniones con los coordinadores ponentes en un intento por destrabar el trámite y conseguir votos favorables.
Este martes será decisivo: Ávila deberá defender el proyecto de manera simultánea ante las cuatro comisiones económicas. Si una sola de ellas lo rechaza, la iniciativa se hunde definitivamente, en un ambiente político que se torna cada vez más adverso para el Gobierno.









