Ucrania y Estados Unidos retomarán en los próximos días conversaciones en Suiza para explorar los parámetros de un eventual acuerdo de paz que ponga fin a la invasión rusa. Así lo anunció el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa y jefe negociador ucraniano, Rustem Umérov, quien confirmó que las consultas se llevarán a cabo con altos funcionarios estadounidenses.
Umérov señaló que Ucrania llega a esta nueva ronda con una “clara comprensión de sus intereses” y que el objetivo central será presentar su visión del conflicto y definir los pasos a seguir. Destacó también la importancia de la participación de Washington y su disposición al diálogo.
El anuncio se produjo poco después de que el presidente Volodímir Zelenski designara un equipo negociador para trabajar, junto con EE. UU., Rusia y otros aliados, en un plan de paz “justo y sostenible”. El grupo está encabezado por el jefe de gabinete, Andrí Yermak, e incluye a altos mandos de la inteligencia militar, el Ejército y el Servicio de Inteligencia Exterior.
La decisión de Kiev ocurre en medio de tensiones crecientes con Washington, luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, enviara un borrador de plan de 28 puntos que propone, entre otros aspectos, reconocer como “de facto rusas” a Crimea, Lugansk y Donetsk, y congelar la situación territorial en Jersón y Zaporiyia. Además, plantea que Ucrania reduzca sus Fuerzas Armadas a 600.000 efectivos y renuncie a ingresar a la OTAN.
Zelenski, en un discurso reciente, advirtió que el país enfrenta uno de los momentos más difíciles de su historia, al verse ante una “elección muy dura”: ceder territorio —lo que violaría la Constitución— o arriesgarse a perder a un socio estratégico como Estados Unidos. El mandatario reiteró que no traicionará su juramento de proteger la soberanía e independencia del país.
El plan estadounidense también contempla el levantamiento de sanciones a Rusia, su reintegración a la comunidad internacional y una “plena amnistía” por crímenes cometidos durante la guerra, puntos que han generado amplio rechazo tanto en Kiev como en sectores de la comunidad internacional.









