Por: Yasher Bolívar Pérez
Racing vivió una de esas noches que quedan tatuadas en la memoria del hincha. En un Cilindro repleto y vibrando desde el primer minuto, la Academia derrotó 3-2 a River en un partido lleno de emociones, golpes, respuestas y un final que explotó a todo Avellaneda. Solari abrió rápido el marcador, River lo dio vuelta con Subiabre y Quintero, pero Racing nunca soltó el partido: un gol en contra de Martínez Quarta devolvió la esperanza y, en tiempo añadido, Martirena apareció para desatar la locura con un 3-2 inolvidable.
El partido fue un ida y vuelta permanente, con ambos equipos tirando de corazón más que de cálculo. Racing resistió momentos críticos —incluida una triple atajada de Cambeses que sostuvo todo— y River respondió con jerarquía, apoyado en un Armani que también salvó situaciones claras. La tensión creció en el segundo tiempo con cambios, silbidos, amarillas y un clima que se volvió cada vez más dramático mientras cada ataque parecía definir la historia.
El cierre fue pura emoción. Martirena, que venía buscando su noche desde hace meses, encontró el espacio justo para empujar la pelota y darle a Racing un triunfo que lo mete en cuartos y alimenta la confianza del grupo. Para River, la derrota golpea aún más fuerte: queda afuera del Torneo Clausura y prácticamente sin opciones de llegar a la Copa Libertadores 2026. Una noche que para unos fue desahogo y para otros, un golpe durísimo.









