Un vuelo procedente de Estados Unidos con 266 ciudadanos venezolanos deportados aterrizó en las últimas horas en el aeropuerto internacional de Maiquetía, cerca de Caracas, marcando la reactivación del programa de repatriación pese al clima de tensión política y las alertas recientes sobre seguridad aérea en la región del Caribe.
La operación se llevó a cabo días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, declarara públicamente que el espacio aéreo venezolano estaba cerrado, y en medio de un incremento de la actividad militar en el Caribe que llevó a la autoridad aeronáutica de EE. UU. a emitir advertencias sobre posibles riesgos operacionales.
El canciller venezolano, Yván Gil, confirmó la llegada del vuelo y señaló que Washington había solicitado inicialmente suspender la operación “de manera verbal”. No obstante, explicó que la petición formal para reanudarla fue presentada “hace un par de días”, lo que permitió la aprobación inmediata por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
El retorno de estas deportaciones ocurre en un contexto en el que la administración Trump continúa ejerciendo presión sobre el régimen venezolano y endureciendo su política migratoria. Estados Unidos había retomado estos vuelos en 2023, pero su continuidad ha estado marcada por episodios diplomáticos y restricciones derivadas de la crisis bilateral.
Las autoridades venezolanas informaron que los ciudadanos repatriados recibirán el acompañamiento de programas oficiales de reintegración. Entretanto, expertos advierten que la reactivación de estos vuelos podría convertirse en un nuevo foco de fricción entre ambas administraciones.









