El presidente Gustavo Petro encendió este jueves una fuerte polémica nacional al advertir que, si el Congreso no aprueba su reforma tributaria —o ley de financiamiento—, el Gobierno se vería obligado a recortar recursos destinados a grandes proyectos de infraestructura, entre ellos el metro de Bogotá y las carreteras de Cuarta Generación (4G).
El mensaje, divulgado a través de su cuenta de X, generó preocupación sobre el futuro de estas obras estratégicas. Petro aseguró que la falta de aprobación de la reforma aumenta el costo de la deuda pública y limita la capacidad de inversión del Estado.
“El camino sano lo propusimos, pero el sectarismo político en las comisiones económicas no permite tomarlo”, afirmó. El presidente señaló que la oposición ha bloqueado la iniciativa por “odio político”, decisión que —según él— solo encarecerá el endeudamiento y trasladará el costo a los futuros gobiernos y a la ciudadanía.
Petro insistió en que la actual discusión no afecta al Gobierno, sino a las finanzas del país, y criticó que las comisiones económicas, al no aprobar la reforma, han “hecho endeudar más al país” por el aumento del costo financiero derivado de las altas tasas de interés del Banco de la República.
El mandatario también arremetió contra la Corte Constitucional por haber tumbado parte de la reforma tributaria de 2022, especialmente la norma que impedía a las multinacionales deducir las regalías en el impuesto de renta. Según Petro, esa decisión “regaló” recursos públicos y afectó la estructura fiscal.
Entre sus señalamientos, afirmó nuevamente que la deuda del FEPC —el fondo que cubrió la diferencia entre el precio internacional de la gasolina y el valor interno durante la pandemia— terminó costando 70 billones de pesos, gastos que, según él, deberían asumirse con una ampliación del recaudo tributario.
Finalmente, el presidente advirtió que, debido a las restricciones constitucionales sobre el gasto, si no se aprueba la reforma solo quedaría un margen real de ajuste: la inversión en infraestructura.
“Solo se puede hacer el recorte en inversión, que no es más que las carreteras 4G y el metro de Bogotá. (…) Por eso vamos hacia una emergencia”, concluyó.
La declaración desató inmediatas reacciones en el Congreso y en sectores económicos, que piden claridad sobre el impacto de una eventual reducción de recursos para estas obras que movilizan miles de empleos y son consideradas esenciales para el desarrollo del país.









