En una jugada política que reconfigura el panorama electoral en Brasil, el expresidente Jair Bolsonaro, condenado a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado, ratificó a su hijo mayor, el senador Flávio Bolsonaro, como su heredero político y precandidato presidencial para 2026.
La decisión fue comunicada a través de una carta escrita a mano desde la cárcel, titulada “Carta a los brasileños”, en la que el exmandatario afirma que actúa “ante un escenario de injusticia” y con el compromiso de que “la voluntad popular no sea silenciada”.
El mensaje fue leído públicamente por Flávio Bolsonaro a las afueras de un hospital privado de Brasilia, donde su padre será sometido este jueves, día de Navidad, a una cirugía por una hernia inguinal bilateral.
Bolsonaro, capitán retirado del Ejército e inhabilitado políticamente, sostuvo que su hijo representa la continuidad del proyecto político que lideró entre 2019 y 2022. “Es una decisión consciente, legítima y basada en el deseo de preservar la representación de quienes confiaron en mí”, escribió.
Con esta carta, el exmandatario buscó cerrar cualquier especulación sobre la candidatura de Flávio, quien ya había sido señalado como su sucesor a comienzos de diciembre. No obstante, el senador había dejado abierta la posibilidad de retirarse si se daba una eventual amnistía que permitiera a su padre recuperar la libertad y aspirar nuevamente a la Presidencia, un escenario considerado poco probable.
Bolsonaro fue condenado el pasado 11 de septiembre por la Corte Suprema, al ser hallado responsable de liderar una trama golpista tras su derrota electoral frente al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2022.
Mientras tanto, Lula ya confirmó que buscará la reelección en 2026 y, según las encuestas más recientes, lidera la intención de voto con una ventaja de hasta dos dígitos frente a los principales aspirantes de la derecha, incluido Flávio Bolsonaro.
La carta desde prisión deja claro que, aun tras las rejas, Jair Bolsonaro sigue influyendo en la estrategia política de la ultraderecha brasileña y no está dispuesto a desaparecer del escenario electoral.









