Colombia, un país conocido por su rica diversidad gastronómica, ofrece una experiencia culinaria que va más allá de los platos típicos. Los manjares dulces desempeñan un papel fundamental en la cultura gastronómica colombiana, no solo enriqueciendo la tradición culinaria sino también contribuyendo a su prosperidad económica.
En el vasto abanico de sabores y sensaciones que caracterizan la cocina nacional, los postres ocupan un lugar especial en la mesa de los colombianos. Pero, ¿cuáles son los más emblemáticos?
Recientemente, la Unión Europea elogió al bocadillo veleño como uno de los íconos culinarios más destacados de Colombia. Destacaron que este manjar, originario de Vélez en Santander, combina los sabores inconfundibles de la guayaba con la panela y se presenta envuelto en hojas de bijao. Su producción, que abarca desde la fabricación artesanal hasta la industrial, ha impulsado significativamente la economía de la región.
En un análisis llevado a cabo mediante Inteligencia Artificial, este mismo producto fue catalogado como uno de los tres postres más consumidos y mejor valorados en todo el país, compartiendo su posición privilegiada solo con el arequipe y las cocadas. Este reconocimiento no solo resalta la diversidad de sabores y la creatividad en la repostería colombiana, sino que también refuerza la importancia de estos dulces en la identidad culinaria de Colombia.
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Sin embargo, un producto tan antaño como delicioso estaría en riesgo de escasez debido a una granizada que fulminó la cosecha con la que sus productores tenían previsto cubrir el mercado nacional para diciembre y los tres primeros meses de 2024.
Andrea Fontecha, representante legal de Fedeveleños dijo que está muy preocupada debido a múltiples afectaciones en los municipios de Guavatá y Puente Nacional (Santander), los municipio de las veredas afectadas fueron La Cuchilla, El Rincón, Popoa Sur, Popoita, Delicias, entre otras. Según el reporte se estiman afectaciones en más de 20 hectáreas de cultivos de guayaba, 20 hectáreas de cultivo de bijao y alrededor de 50 hectáreas de cultivo de café entre otros.
¿Pero qué es lo que más preocupa al gremio?
El gremio del bocadillo está realmente preocupado por la situación. Según la propia Fontecha, la situación tendría variados escenarios que no les favorecería en aspectos como la producción, elaboración y distribución de su producto.
Para los consumidores, dice, se incrementarían los precios y muy seguramente incumplirían con los pedidos de los clientes. Por su parte, para los productores habría que trabajar en la recuperación de los cultivos, falta de insumos (materia prima) e inversión en recursos.
Para los cultivos de guayaba, las pérdidas económicas no se reducen solamente a la producción actual, sino a la cosecha estimada para los meses de enero, febrero y marzo de 2024. Por hectárea la pérdida puede llegar a las 14 toneladas; alrededor de $ 15 millones que dejan de ingresar al productor.
Pilar Martínez, representante bocadillera de Vélez (Santander) puso más dramática la situación para la persona de a pie que consume constantemente este postre.