Los colombianos tendrán que cargar con el peso de las decisiones que fueron aplicadas al inicio del Gobierno, para hacer populismo.
Los ciudadanos ven venir un 2024 lleno de apretones, en medio de la situación que ya se tiene con la alta inflación que no deja ni comprar los productos básicos de la canasta familiar.
Ahora, los usuarios de las vías en el país tendrán que asumir el incremento acumulado de los peajes, luego del congelamiento que se aplicó al inicio del año.
Entre el decreto que deroga el congelamiento de los peajes y la resolución que entra en el detalle, para reglamentar el cobro, se evidencia que el golpe será seco y dejará sin aire a muchos.
Todo porque las reglas que hasta ahora se han dado a conocer muestran que, para ponerse al día con el cobro de las tarifas con el incremento que fue congelado, en diciembre se aumentará la inflación causada en 2022, que fue de 13,12 %.
Entre tanto, en enero se sumará un incremento a partir de la inflación de 2023 que si bien aún no se conoce, los estimativos apuntan a que será inferior a 10 %, de aproximadamente 9,7 %, según el consenso de analistas.
Con ello, en tan solo dos meses se tendría unos peajes, al menos con un aumento de 22,9 %, de acuerdo con lo que muestran la resolución y el decreto.
Sin embargo, y con todas las amenazas que hay para que se sigan incrementando los precios en el país, el ministro Bonilla estará en la disyuntiva, pues el incremento en las tarifas de los peajes no tiene vuelta de hoja.
Como se sabe, los peajes hacen parte de un contrato que se ha establecido con concesionarios privados, para que construyan vías que demandan millonarios recursos. La contraprestación, para que dichas empresas constructoras recuperen la plata, es con el cobro de los peajes. Según el contrato, se pacta el número de años en los que las compañías harán el cobro a los usuarios de las vías.