El cierre total de la Vía al Mar a la altura del kilómetro 74+900, en jurisdicción de Juan de Acosta, ha provocado serias afectaciones en la movilidad entre Cartagena y Barranquilla, impactando principalmente al transporte de carga, intermunicipal y al turismo. La emergencia se originó por una falla estructural del pavimento, producto de una socavación causada por un arroyo cercano, que colapsó la vía justo antes de un puente.
Como medida de prevención, desde el peaje de Puerto Colombia las autoridades están desviando a los conductores hacia rutas alternas, lo que ha generado malestar e inconformidad entre quienes transitan regularmente por este corredor. Los desvíos incluyen trayectos por Tubará y la Vía de la Cordialidad, zonas que actualmente presentan mayor congestión y algunas vías en mantenimiento.
“Vamos para el aeropuerto de Cartagena y nos afecta el tiempo. Esta vía es más rápida y segura, pero ahora hay que dar una vuelta larga”, lamentó Enrique Robaña, uno de los usuarios varados en la zona. Por su parte, Hernando de la Hoz expresó: “Este vueltón nos perjudica bastante. Yo tomo esta vía frecuentemente y ahora toca buscar por Baranoa o la Cordialidad, que están más pesadas”.
El cierre también golpea a los turistas y trabajadores que dependen de esta vía para movilizarse. Transportadores de carga han advertido sobre el impacto en sus cronogramas de entrega y el aumento de costos logísticos.
Las autoridades confirmaron que la reapertura de la vía tomará varios días, ya que se requieren estudios técnicos detallados antes de iniciar la reparación definitiva. En tanto, recomendaron a los viajeros planear sus desplazamientos con anticipación, seguir las actualizaciones en tiempo real por aplicaciones como Waze, y evitar las zonas restringidas mientras se desarrollan las labores de recuperación.