El Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (C.R.A.) aprobó la declaratoria de El Cerro La Vieja, ubicado en el municipio de Piojó, como nueva área protegida del departamento del Atlántico, un ecosistema con una extensión de 1.347,37 hectáreas distribuidas en 74 predios que alberga una biodiversidad significativa y única, fundamental para la conservación del Bosque Seco Tropical (BsT). Además, se distingue por contar con la mayor elevación del Departamento, alcanzando los 514 metros sobre el nivel del mar.
“Esta declaratoria, materializada mediante acuerdo del Consejo Directivo, representa un nuevo paso firme en nuestro compromiso con la conservación ambiental y la protección del patrimonio natural del Atlántico. Con El Cerro La Vieja, avanzamos en el cumplimiento de nuestras metas de conservación de los ecosistemas estratégicos, garantizando la preservación de la biodiversidad y la recuperación del Bosque Seco Tropical, uno de los ecosistemas más valiosos y a la vez más amenazados del país. Este logro es el resultado de un trabajo conjunto, técnico y participativo, que reafirma el compromiso de la C.R.A. con un Atlántico más sostenible, resiliente y en armonía con la naturaleza”, manifestó el director general de la C.R.A., Jesús León Insignares.
La delimitación de esta nueva área protegida se realizó tras un proceso técnico, participativo y concertado con las comunidades locales, autoridades municipales y expertos en biodiversidad, bajo los lineamientos estipulados por la Resolución 1125 de 2015 que establece la ruta para la declaratoria de áreas protegidas. El concepto técnico favorable fue entregado por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, que reconoció la importancia ecológica que amerita su declaración bajo la categoría según el Decreto 2372 de 2010 como Distrito Regional de Manejo Integrado DRMI- Cerro La Vieja.
Este ecosistema posee una gran importancia biótica, ya que alberga una biodiversidad significativa y única, fundamental para la conservación del Bosque Seco Tropical (BsT), uno de los más amenazados del país. Esta zona enfrenta presiones derivadas de actividades como la ganadería, la agricultura y la infraestructura vial; sin embargo, con su declaratoria como área protegida se fortalecerán los beneficios ecosistémicos de la región, al promover la conectividad funcional y estructural del bosque, facilitando el flujo de nutrientes, energía, agua y especies entre ecosistemas fragmentados.
El Cerro La Vieja se convierte en la tercera área protegida bajo la jurisdicción del municipio de Piojó, junto con la Reserva Forestal Protectora (RFP) El Palomar y el Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) Palmar del Tití. Esta concentración de áreas de conservación se explica por las particulares condiciones geográficas del territorio, uno de los más extensos del departamento del Atlántico, caracterizado por relieves quebrados y por albergar las últimas prolongaciones de los Montes de María, lo que ha permitido la conservación natural de buena parte de sus cerros.
Su conservación promoverá la conectividad funcional y estructural del bosque, facilitando el flujo de nutrientes, energía, agua y especies entre ecosistemas fragmentados. Esta conectividad fortalecerá los procesos ecológicos y contribuirá a la regulación hídrica y climática de la región, además de incrementar la resiliencia frente al cambio climático.
Asimismo, la medida busca generar un impacto socioeconómico positivo, impulsando actividades económicas sostenibles como el ecoturismo y fomentando la implementación de prácticas agropecuarias sostenibles que agreguen valor a la producción local y promuevan la conservación de la naturaleza.
Esta declaratoria también representa un logro institucional de gran alcance, enmarcado en el Plan de Acción Institucional “Atlántico Sostenible y Resiliente” de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (C.R.A.), orientado a la creación de nuevas áreas protegidas y al fomento de modelos de desarrollo económico compatibles con la sostenibilidad ambiental.
Posterior a la declaratoria, la C.R.A. liderará el proceso de elaboración del Plan de Manejo Ambiental, un instrumento técnico y participativo que orientará la planificación, administración y gestión integral del territorio. Este plan establecerá las zonas de manejo y uso permitido, definirá los objetivos de conservación específicos, e incluirá estrategias de restauración ecológica, monitoreo de la biodiversidad, educación ambiental y fortalecimiento comunitario.
 
			 
			 
					








