Con el agua literalmente en los talones, el corregimiento de Santa Verónica, en Juan de Acosta (Atlántico), por fin empieza a ver una salida ante el drama de la erosión costera. La Gobernación del Atlántico anunció el inicio de una ambiciosa obra de protección que incluye la construcción de tres espolones para detener el avance del mar.
La inversión asciende a $90 mil millones y el plazo de ejecución es de 18 meses. Mientras se completa el trámite de la licencia ambiental, la ANLA autorizó una intervención exprés, en vista del riesgo inminente que enfrentan la infraestructura turística, la vía principal y varias viviendas que hoy cuelgan del borde costero.
“El mar ya llegó hasta las casas. Si no actuamos, Santa Verónica puede quedar incomunicada y en ruinas”, advirtió el gobernador Eduardo Verano.
Los espolones –estructuras de concreto que rompen la fuerza del oleaje– se construirán en los puntos más críticos de la costa. Además, servirán de soporte para un relleno de playa que permitiría recuperar entre 60 y 70 metros de franja costera perdida.
El proyecto lo ejecutará Puerta de Oro y se desarrollará en paralelo con estudios ambientales exigidos por ley. Según Verano, esta es una medida urgente que busca salvar vidas, preservar el turismo local y reactivar la economía de la zona, donde más del 80 % de la población vive del turismo.
Mientras el mar no da tregua, Santa Verónica se juega su futuro a contrarreloj… y esta vez, con maquinaria en marcha.