La violencia sigue desbordada en Barranquilla y su área metropolitana: en los primeros seis meses de 2025 se registraron 373 asesinatos, la mayoría relacionados con la guerra entre bandas criminales que se disputan a sangre y fuego el control de rentas ilícitas en la región.
Solo en Barranquilla se contabilizan 224 homicidios, de los cuales 177 fueron sicariatos, 31 ocurrieron en riñas y 8 en medio de atracos. En junio, 70 personas fueron asesinadas en el área metropolitana, lo que representa un incremento del 21% en comparación con junio de 2024.
Este repunte de homicidios coincide con el fortalecimiento de estructuras criminales como Los Costeños, liderada por alias ‘Castor’, y Los Pepes, bajo el mando de Digno Palomino, quienes pese a estar recluidos en cárceles de máxima seguridad, mantienen el control de sus redes y extienden su poder en la ciudad.
Fuentes de seguridad han indicado que ambos cabecillas habrían sido contactados por el Gobierno nacional para explorar su eventual participación en procesos de diálogo similares a la mesa de paz urbana impulsada por el presidente Gustavo Petro en Antioquia con cabecillas de bandas.
El docente investigador Luis Trejos, experto en seguridad, indicó que si bien estas conversaciones podrían facilitar una tregua y reducir homicidios, se requiere de la participación activa de las autoridades locales para garantizar sostenibilidad. “Aquí hay unas organizaciones criminales que han sobrepasado las capacidades de la administración local. Se necesita cooperación con el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Justicia”, afirmó.
Trejos enfatizó que cualquier eventual acuerdo de paz urbana con estos grupos debe involucrar a la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico para lograr resultados reales y sostenibles en la ciudad.
Digno Palomino y Jorge Eliécer Díaz Collazos (‘Castor’) comenzaron su carrera criminal en los ‘Rastrojos Costeños’ y más tarde, tras armar sus propias estructuras, se convirtieron en enemigos mortales. Desde 2022, su disputa por el territorio y las rentas criminales ha cobrado más de 800 vidas en el área metropolitana de Barranquilla.