En medio del silencio solemne y los cantos de fe, Barranquilla se congregó este domingo en la Catedral Metropolitana María Reina para elevar una sola petición: la recuperación del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, víctima de un atentado en Bogotá el pasado 7 de junio.
Desde las 10:00 de la mañana comenzaron a llegar feligreses. Vestían de blanco, ondeaban banderas, llevaban globos y sostenían mensajes de aliento: “Fuerza, Miguel”, se leía en varios carteles. El templo, colmado por la fe de cientos de ciudadanos y líderes del Atlántico, se convirtió en un altar de esperanza.
Entre los asistentes estuvieron el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano; el presidente del Senado, Efraín Cepeda; el exsenador Jaime Amín; Pedro Flórez, del Pacto Histórico; el presidente de la Asamblea, Federico Ucrós, así como diputados, secretarios y ciudadanos comunes unidos por la misma causa.
La eucaristía, oficiada por el sacerdote Álvaro García Zapata, fue mucho más que un rito religioso: fue una plegaria colectiva que tocó las fibras de todos los presentes.
“La eucaristía es la gracia de Dios en beneficio del género humano. Hoy estamos reunidos para orar por la sanación de Miguel Uribe. Que sea Dios quien guíe su salud y le dé paz a Colombia, al Atlántico y a Barranquilla”, expresó el sacerdote, mientras la emoción se notaba en los rostros recogidos en oración.
El momento más íntimo llegó con las peticiones. En medio del silencio profundo, se pidió por Miguel Uribe, por quienes sufren, y por los padres de familia, en una liturgia que coincidió con el Día del Padre y que recordó que la paz es un anhelo que sigue latiendo fuerte en el corazón del país.
“No queremos más violencia. Esta es la oportunidad para abrazar, hacer llamadas y continuar en oración”, dijo el padre García Zapata.
Entre lágrimas, abrazos discretos y voces al unísono, la comunidad barranquillera transformó el dolor en esperanza y el miedo en fe. Una fe que este domingo, encontró eco en las paredes de una catedral que se vistió de blanco por la vida.