Se trata del señor Manuel Pájaro, afiliado a la EPS Famisanar, quien recibe tratamiento con especialista desde hace algún tiempo, alzó su voz ante lo que califica como una grave negligencia en la entrega de medicamentos por parte del dispensario Cafam de la calle 82 con carrera 49C al norte de Barranquilla, entidad encargada de proveerle los fármacos ordenados por su especialista de la EPS Famisanar.
Según relata el usuario, cada mes le son formulados tres medicamentos esenciales para su tratamiento. Sin embargo, en la fecha de hoy, solo le fue entregado Clonazepam, y los otros dos —Sertralina de 100 mg y Quetiapina de 25 MG, ambas en tabletas— no estaban disponibles.
Lo más preocupante es que esta no es la primera vez que ocurre. Pájaro denuncia que el mes pasado no recibió ninguno de los tres medicamentos, viéndose obligado a cubrirlos de su bolsillo. “El más barato me cuesta $27.000 y los otros dos están por encima de $40.000 cada uno. No puedo seguir pagando eso todos los meses”, declaró visiblemente afectado.


El paciente también expresó su malestar frente al trato recibido por parte del personal del dispensario. “La funcionaria solo me dice que no hay medicamentos, que si quiero me genera otra orden. Pero ya tengo más de 20 órdenes acumuladas y no me han entregado nada. Solo me devuelve los papeles y me ignora como si no existiera”, afirmó.
Este caso pone en evidencia una problemática estructural que afecta a múltiples usuarios del sistema de salud, especialmente a quienes requieren tratamientos psiquiátricos continuos y no pueden interrumpir su medicación sin consecuencias graves.
Hay que tener en cuenta que Manuel Pájaro es un humilde vendedor ambulante que se gana la vida vendiendo sus productos y bebidas en la entrada al muelle de Puerto Colombia, desde donde se debe desplazar a Barranquilla, pagar el precio del pasaje de autobús que es de $4.100 pesos colombianos, es decir $8.200 ida y vuelta hasta Cafam de la calle 82 con carrera 49C al norte de Barranquilla, para recibir como respuesta, «No los hay».
La comunidad espera una respuesta urgente por parte de la Superintendencia Nacional de Salud y de los directivos de Famisanar y Cafam, para esclarecer qué está ocurriendo con el suministro de medicamentos y evitar que más pacientes vulnerables se vean perjudicados por la falta de acceso a tratamientos esenciales.