La Lonja de propiedad raíz advierte que la ciudad se encuentra sin certificados de tradición y libertad.
La Corporación Lonja de propiedad Raíz de Barranquilla informó que se van a cumplir 15 días desde que la oficina de instrumentos públicos en la ciudad se encuentra cerrada lo que mantiene al sector de la finca raíz con operación limitada.
El cierre se dio desde el 06 de enero de 2022, cuando se conoció vía Resolución de la Superintendencia de Notariado y Registro (SNR) que la plataforma y las instalaciones físicas de la Oficina de Instrumentos Públicos del círculo registral de Barranquilla estaban no disponibles para la emisión de los certificados de tradición y libertad y la prestación del servicio público registral.
Kelina Puche, directora de la Lonja de Barranquilla asegura que lo anterior ha limitado la operación del sector inmobiliario que mostró ser uno de los sectores más resilientes en medio de la crisis económica generada por la pandemia, consolidándose en el Atlántico como un promotor de la reactivación económica.
“No poder contar con certificados de tradición y libertad de los inmuebles del círculo registral de Barranquilla actualizados introduce amplia incertidumbre o limita la firma de contratos de compra-venta y de arriendos, retrasa el desembolso de créditos y bloquea la tramitación de un seguro, así mismo restringe la realización de estudios de títulos de propiedad y de avalúos de predios, entre otros”, anotó.
Añade que la Corporación manifiesta públicamente su absoluto inconformismo con la situación y rechaza profundamente la no garantía en la prestación de servicios registrales, por cual hace un llamado a la Superintendencia de Notariado y Registro, responsable de la vigilancia y reciente intervención de esta oficina en Barranquilla, para que regularice el funcionamiento y los trámites de la Oficina de Instrumentos Públicos de la ciudad, con el ánimo de normalizar la operación del sector de la finca raíz.
Subrayó en que los certificados de tradición y libertad permiten conocer, estudiar y verificar la tradición de un inmueble, es decir, bajo quién esta su dominio y propiedad, qué modificaciones y operaciones inmobiliarias han sido efectuadas sobre el mismo, en qué fecha y que personas participaron, constituyéndose en un documento primordial para la ejecución de distintas acciones que se desarrollan en la cotidianidad de la sociedad.