Más de 184.000 usuarios en Barranquilla se vieron afectados por un apagón que se extendió por más de dos horas la tarde del martes, debido a una falla en la línea eléctrica que conecta las subestaciones Flores y Oasis, ambas operadas por la empresa Air-e.
El evento ocurrió hacia las 6:00 p.m., cuando sectores de la ciudad comenzaron a quedar sin energía de forma progresiva. Las primeras subestaciones en salir de operación fueron precisamente Flores y Oasis, lo que desencadenó la caída de otras como Riomar, Centro, Silencio, Las Flores y Puerta de Oro.
Alejandro Castañeda, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), explicó que el origen del incidente estaría en una posible falta de mantenimiento o en la caída de un árbol u objeto sobre la línea de transmisión. Sin embargo, señaló que también falló el sistema de protección de la subestación Oasis, lo que agravó el corte de energía.
“El problema se originó en la línea que conecta las subestaciones Flores y Oasis, y esa línea depende de Air-e”, afirmó Castañeda. “Cuando esa protección no actúa correctamente, el daño se propaga a otras zonas, como si en una casa hubiera un corto en una habitación y el protector de voltaje no funcionara, afectando a toda la vivienda”.
La empresa Air-e informó que desde el momento del incidente activó su personal técnico para identificar la falla y restablecer el servicio lo antes posible. No obstante, el apagón generó inconformidad entre los ciudadanos por la magnitud del corte y la demora en la recuperación del suministro.
Castañeda aclaró que la planta Termoflores, una central térmica ubicada en Barranquilla, no tuvo ninguna relación con el evento, pese a que algunos ciudadanos la asociaron por el nombre. “Termoflores opera de forma independiente y no fue la causa de la interrupción”, precisó.
Hasta el momento, Air-e no ha confirmado oficialmente si el incidente se debió a una falla técnica o a falta de mantenimiento, pero se espera que en las próximas horas entregue un informe detallado. Entretanto, persiste la preocupación sobre la confiabilidad de la infraestructura eléctrica en la capital del Atlántico.