Las maletas quedaron listas a medias. Ropa, medicamentos y el miedo acompañan a las familias evacuadas del conjunto residencial Flores del Recreo, en Barranquilla, tras el incendio que arrasó con parte de las torres A y B en la madrugada del sábado 20 de julio.
La tragedia, que dejó tres personas muertas y más de 60 heridas, obligó a evacuar a 586 personas de 175 apartamentos, quienes hoy viven en medio de la incertidumbre de no saber cuándo podrán volver a sus hogares.
“Hay mucho olor a quemado, los pisos están negros por el hollín y existe la posibilidad de gases tóxicos”, contó Julio César Caro Paz, residente de la torre B, tras regresar brevemente a sacar ropa y alimentos. Otros, como Eliana Camargo, no saben si volverán. “Es como vivir suspendidos. Yo agradezco estar viva, pero no puedo volver a un lugar donde sentí que moriríamos ahogados por el humo”, afirmó.
Algunos se refugiaron en casas de familiares, otros alquilaron habitaciones de urgencia y otros más, simplemente, no saben dónde quedarse. La noche de la emergencia, vecinos como Francisco José Lara pasaron dos horas en la azotea esperando ser rescatados mientras las llamas consumían el edificio.
El incendio se originó en la subestación eléctrica del conjunto, ubicado en la calle 61 entre carreras 41 y 43, y se propagó afectando 16 vehículos en los parqueaderos. Fue necesaria la intervención de 12 máquinas de Bomberos y 45 unidades para controlar las llamas y evacuar a los residentes.
Según la Secretaría de Salud de Barranquilla, 62 personas han recibido atención médica, de las cuales 23 permanecen hospitalizadas y 11 se encuentran en cuidados intensivos, principalmente por quemaduras y complicaciones respiratorias debido a la inhalación de humo.
En medio del dolor y la pérdida, muchas familias esperan explicaciones. Freddy Mandón, hermano de una de las víctimas mortales, pidió una investigación exhaustiva sobre lo sucedido y un mayor control en las medidas de seguridad residencial. “Me enteré muy temprano en la mañana. Confirmé que mi hermano estaba muerto”, relató con dolor.
Mientras tanto, el conjunto permanece sin servicios de agua, gas ni energía, y los residentes no pueden acceder a los parqueaderos hasta nueva orden. El Distrito activó acompañamiento psicológico a través de la estrategia ‘Chatlemos’ y recordó que la prevención de incendios es responsabilidad compartida, reiterando el llamado a prevenir fugas de gas, cortocircuitos o sobrecarga eléctrica que puedan desatar emergencias como esta.
El incendio en Flores del Recreo deja no solo un rastro de destrucción material, sino también una comunidad marcada por la angustia y la espera, mientras las familias afectadas buscan reconstruir sus vidas tras una noche que para muchos se convirtió en una pesadilla que aún no termina.