El escándalo por presuntas interceptaciones ilegales en Ecopetrol sigue escalando y ha puesto en el centro de la polémica a Ricardo Roa, presidente de la compañía estatal. A pesar de las crecientes denuncias y del impacto político generado por la revelación de un documento interno que señalaría su responsabilidad directa en la retención de información de al menos 70 altos funcionarios, el presidente Gustavo Petro no ha exigido su renuncia ni tomado medidas al respecto.
La situación ha generado múltiples críticas desde distintos sectores, que consideran insostenible la permanencia de Roa al frente de la petrolera más importante del país. El documento en cuestión, indica que desde la presidencia de Ecopetrol se habría autorizado la recolección de correos, archivos y datos personales de ejecutivos, entre ellos miembros de la junta directiva, en el marco de un controvertido contrato con una firma estadounidense.
Analistas políticos y voces de oposición señalan que la razón detrás de la inacción de Petro podría estar ligada a la cercanía entre el mandatario y Roa, quien fue gerente de la campaña presidencial en 2022. “Está sometido a él, lo necesita”, advirtió una fuente política consultada por este medio, refiriéndose a la supuesta dependencia del presidente con figuras clave de su círculo cercano, aun cuando estén en medio de controversias.
El escándalo ha generado preocupación también dentro de la propia Ecopetrol, donde empleados y sindicatos han denunciado prácticas intimidatorias y un uso indebido de los recursos institucionales bajo el pretexto de investigaciones internas.
Pese a la gravedad de los hechos y el llamado público a asumir responsabilidades, hasta el momento ni Roa ha dimitido ni el Gobierno ha emitido una declaración contundente al respecto.
Se espera que en los próximos días aumente la presión política y mediática para que se tomen decisiones que garanticen la transparencia y gobernabilidad dentro de la empresa más estratégica del Estado colombiano.