Un ciudadano extranjero identificado como Artur Tucci, de nacionalidad albanesa y portador de documentos ecuatorianos, fue asesinado en un ataque sicarial la tarde del domingo 5 de octubre. El crimen ocurrió en una calle cercana al centro comercial Santa Fe, en el exclusivo sector de El Poblado.
Durante el atentado, también resultó herida una mujer que acompañaba a Tucci; su identidad aún no ha sido confirmada por las autoridades.
El Secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, informó que el homicida, quien se movilizaba en motocicleta, fue capturado poco después en el municipio de Bello, al norte del Valle de Aburrá. Las autoridades incautaron tanto el arma de fuego utilizada como la motocicleta en la que el atacante huyó.
Aunque los móviles exactos del crimen están bajo investigación, la muerte de Tucci ha generado serias sospechas sobre una posible conexión con las redes criminales albanesas que han incrementado su operación en América Latina.
Investigaciones, como las de InSight Crime, señalan que estas redes son estructuras descentralizadas que han enviado emisarios a la región para negociar directamente con productores de cocaína colombianos (como disidencias de las Farc o el ‘Clan del Golfo’).
Su principal base de operaciones ha estado en Guayaquil, Ecuador, desde donde trafican cocaína colombiana hacia Europa. Expertos indican que compran el kilo de cocaína en la región por unos US$2.000 a US$4.000 y lo revenden en el viejo continente por hasta US$40.000, asegurando así un control directo y mejores precios.
La presencia de estas organizaciones ha estado acompañada de una ola de violencia selectiva en ciudades donde operan, lo que sugiere que el asesinato en Medellín podría estar relacionado con disputas por el control de rutas o cargamentos.