Mientras las Juntas de Acción Comunal soñaban con abrir caminos, alguien más parece que abrió fue un hueco en las finanzas públicas. El programa Caminos Comunitarios de la Paz Total, bandera del Gobierno Petro para llevar desarrollo a las regiones más olvidadas del país, está hoy bajo el escrutinio de la Procuraduría, que acaba de revelar un informe nada alentador: el 75% de los convenios firmados en 2023 presentan irregularidades.
La promesa era noble: empoderar a las comunidades para que ellas mismas construyeran vías terciarias y caminos ancestrales. Pero en la práctica, lo que quedó fue un sendero de inconsistencias, obras fantasmas y más de $150.000 millones embolatados. Un sueño de paz que, por ahora, solo ha traído caos contable.
Más de 1.030 convenios fueron firmados el año pasado con un presupuesto de $208.000 millones, pero el seguimiento de la Procuraduría revela que cerca de 766 proyectos muestran avances cercanos a cero, a pesar de haberse girado el dinero. La mayoría de los caminos, literalmente, no llegan a ningún lado.
¿Y qué dice el Invías? Bueno, su respuesta fue tan escueta como decepcionante: hablaron únicamente del Convenio 3589 en Amalfi (Antioquia). Como si con una sola explicación taparan los agujeros (literalmente) de más de 700 proyectos investigados. Dicen que ese convenio ni siquiera arrancó por problemas de orden público. ¿Y los otros 766? Silencio administrativo.
Eso sí, el Invías se dio el lujo de sacar pecho: afirman que el 98% de los convenios “han sido ejecutados”, que 999 ya están listos, y que todo marcha viento en popa. Un discurso que parece sacado de un país paralelo. Porque, mientras ellos pintan un panorama de eficiencia suiza, la Procuraduría y la Contraloría ven una gestión con más sombras que avances.
Para completar el cuadro, el Congreso ya citó a debate de control político. Y no es para menos: tres años después de lanzado, el programa sigue patinando, y las vías comunitarias brillan por su ausencia. ¿Será que en vez de caminos comunitarios lo que financiamos fue una autopista hacia el desgreño?