Colombia habría alcanzado una producción récord de 3.001 toneladas de cocaína en 2024, un aumento del 12,6 % frente a 2023, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), citado por el diario El País. La cifra confirma una tendencia al alza en la producción, pese a los esfuerzos del Estado por contener el crecimiento de los cultivos ilícitos.
El documento también señala que los cultivos de hoja de coca llegaron a 261.000 hectáreas, un incremento del 3 % respecto a las 253.000 reportadas el año anterior. Se trata de la mayor cifra registrada desde que existe monitoreo internacional.
De acuerdo con la UNODC, los cultivadores han mejorado sus procesos de extracción y acceso a insumos químicos, lo que ha impulsado la productividad. Esto explica por qué, pese a un crecimiento moderado en área sembrada, la producción total de cocaína aumentó de manera más acelerada.
Respuesta del Gobierno
El pasado 28 de octubre, antes de la publicación oficial del informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), el presidente Gustavo Petro anticipó algunos datos y aseguró que buena parte del área registrada no está actualmente en uso.
Según el mandatario, de las 261.000 hectáreas reportadas:
- 80.000 estarían abandonadas desde hace más de tres años.
- 22.000 se encontrarían en procesos de sustitución hacia cultivos lícitos.
Petro afirmó que el incremento en las zonas activas de cultivo responde a la expansión del consumo en algunos mercados internacionales. Señaló que Europa, el Cono Sur y Australia muestran una demanda creciente, mientras que en Estados Unidos el consumo habría alcanzado un techo por el aumento del uso de fentanilo.
Contexto del año anterior
En 2023, Colombia reportó 253.000 hectáreas de coca, un aumento del 10 % frente a 2022. Ese mismo año, la producción potencial de cocaína creció un 53 %, una tendencia que generó preocupación en la comunidad internacional y que ahora se ratifica con las nuevas cifras de 2024.
El informe de la ONU refuerza el debate sobre la efectividad de las estrategias de lucha contra las drogas y plantea nuevos retos para el Gobierno colombiano y los países consumidores.




