Un análisis del Observatorio de Seguridad de la Universidad Externado reveló que entre agosto de 2022 y agosto de 2025 ocurrieron más de 40.000 homicidios en Colombia, la cifra más alta registrada desde 2014. El estudio contradice los mensajes del Gobierno sobre una supuesta reducción de la violencia bajo la política de “Paz Total” y evidencia un deterioro sostenido en los indicadores de seguridad.
El promedio nacional actual indica que en el país se comete un homicidio cada 39 minutos. En el año comprendido entre agosto de 2024 y agosto de 2025 se contabilizaron 13.817 asesinatos, consolidando ese periodo como el más violento de los últimos 11 años.
Expansión de actores armados y deterioro regional
El informe, que contó con el apoyo de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), advierte que pese a los esfuerzos oficiales, proliferan actores armados en varias regiones, especialmente en la Caribe, donde confluyen el Clan del Golfo, disidencias de las FARC, el ELN, bandas urbanas y redes transnacionales asociadas a economías ilegales. Esta multiplicidad de grupos ha fragmentado el control criminal y dificultado las labores de inteligencia y judicialización.
Uno de los escenarios más críticos es Tibú (Norte de Santander), donde los homicidios pasaron de 29 a 129 en un año. La tasa de 187,5 casos por cada 100.000 habitantes convierte a este municipio en uno de los más violentos del país. Su posición en el corredor del Catatumbo y la disputa por rutas del narcotráfico explican parte del aumento.
Bogotá también registra deterioro
La capital del país sumó 229 homicidios adicionales frente al periodo anterior, un aumento del 7,1 %. Solo en 2024 el incremento fue del 14,8 %. Aunque Bogotá mantiene cifras más bajas que el promedio nacional, la tendencia al alza genera preocupación por la evolución de los patrones delictivos.
Riesgo creciente en delitos financieros
El debilitamiento en materia de control institucional también se refleja en indicadores internacionales. El Índice Antilavado de Dinero del Instituto de Gobernanza de Basilea situó a Colombia en el puesto 99 entre 177 países evaluados, con un puntaje de 5,05. Aunque el nivel se considera de riesgo medio, la tendencia ascendente de los últimos cinco años sugiere mayores dificultades del Estado para frenar las economías ilícitas y su infiltración en el sistema financiero.
En conjunto, los hallazgos del estudio muestran un país donde la violencia homicida avanza pese a los esfuerzos gubernamentales y donde los actores criminales se adaptan y fortalecen en un escenario cada vez más complejo.









