Un tribunal de Estados Unidos impuso cadena perpetua a Stefan Andrés Correa, ciudadano ecuatoriano-estadounidense de 43 años, tras hallarlo responsable de liderar una red de explotación sexual de menores en Medellín.
Correa fue declarado culpable de tráfico sexual de menores y participación en actos sexuales ilícitos, luego de las investigaciones que evidenciaron sus frecuentes viajes a Colombia con el propósito de vulnerar los derechos de niñas entre los 9 y 12 años.
El caso se abrió en 2024 tras su captura en el aeropuerto de Miami, cuando se disponía a viajar nuevamente a Medellín. Según indicó el alcalde Federico Gutiérrez, Correa había ingresado a Colombia en 45 ocasiones desde 2023, con el mismo objetivo.
Durante el proceso, las autoridades encontraron comunicaciones en las que Correa ofrecía sumas de dinero y dispositivos móviles a cambio de encuentros con menores de edad.
La sentencia fue destacada por las autoridades como un avance importante en la protección de los derechos de los niños y niñas frente a este tipo de delitos.