En el Congreso de la República se manejaron versiones sobre el supuesto lobby del Gobierno nacional, a través del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, a favor de Iris Marín para su elección como nueva defensora del Pueblo. No obstante, los parlamentarios que la respaldaron negaron dicha posibilidad.
Algunos congresistas afirmaron que no hubo presiones de parte del Gobierno del presidente Gustavo Petro para votar por una u otra aspirante y que los legisladores pudieron votar de manera libre por la persona que consideraban más idónea.
Así lo señaló el representante Heráclito Landinez, quien dijo que tanto el jefe de Estado como el ministro Cristo, mostraron imparcialidad en este proceso de elección.
“No, el presidente la República dijo claramente que el Gobierno nacional no tenía candidata, que cualquiera de las tres podía ser la defensora del Pueblo. El ministro Cristo nos dijo a nosotros que había libertad para votar y escoger entre las tres a la defensora del Pueblo, el Gobierno no se acercó a pedir un voto por alguna de las candidatas”, dijo el dirigente político.
Por su parte, la representante Olga Lucía Velásquez afirmó que la citación que hicieron los congresistas en la plenaria para elegir la nueva defensora del Pueblo se dio a consciencia y con un estudio juicioso de las hojas de vida de cada una de ellas.
Velásquez afirma que vieron en Iris Marín la persona que tenía las mayores cualidades para ocupar el cargo y eso los llevó a inclinar la balanza a su favor y no porque haya habido presiones de parte de funcionarios del Ejecutivo.
“No hubo ninguna presión de parte del Gobierno o del ministro del Interior, ni de parte de otro ministro. De manera genuina el Congreso, la Cámara de Representantes tomó una decisión autónoma, conociendo a las candidatas, porque el único partido que conocía a las aspirantes era el Pacto Histórico, los demás partidos dimos un acto de fe eligiendo una mujer con liderazgo, con características técnicas, pero también defensora de derechos humanos”, sostuvo.