El aumento de cultivos ilícitos en Colombia continúa siendo uno de los mayores retos en la lucha contra el narcotráfico, y la Procuraduría General de la Nación ha pedido al Gobierno extremar las medidas para hacer frente a esta crisis. En particular, ha instado a los Ministerios de Justicia y Defensa a adoptar acciones inmediatas para abordar la creciente producción de narcóticos y la expansión de los cultivos ilegales en el país.
Uno de los puntos claves dentro de los acuerdos de paz firmados en 2016 fue la solución integral al problema de las drogas ilícitas, con un enfoque que busca la sustitución voluntaria de cultivos y el desarrollo territorial. Sin embargo, los informes más recientes de la Procuraduría y de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) alertan que el panorama sigue siendo alarmante.
A pesar de los esfuerzos por implementar políticas públicas en este sentido, el informe mundial sobre las drogas de la UNODC resalta un aumento en el narcotráfico en Colombia. Según la Procuraduría, este incremento no solo ha intensificado la violencia y la inseguridad, sino que también ha profundizado la desigualdad social, afectando de manera significativa a las comunidades más vulnerables.
El crecimiento de los cultivos ilícitos ha tenido consecuencias devastadoras, tanto en términos de salud pública como de seguridad. La expansión de la producción y comercialización de narcóticos ha empoderado a los grupos criminales organizados, lo que ha generado una mayor inestabilidad en las regiones más afectadas. La Procuraduría enfatiza que los daños no solo son sociales, sino que también impactan el bienestar general de la población.
La Procuraduría también hace un llamado a la cooperación entre el Gobierno Nacional, las organizaciones internacionales y las comunidades locales para implementar una estrategia integral que no solo erradique los cultivos, sino que también ofrezca alternativas sostenibles de desarrollo económico a las zonas afectadas.
Se recomienda que, bajo la política de drogas 2023-2033 y conforme a lo establecido en el acuerdo de paz, se tomen acciones a corto plazo para frenar el aumento de los cultivos ilícitos y la producción de narcóticos. Esto incluye una mayor inversión en programas de sustitución y el fortalecimiento de las políticas de seguridad y desarrollo territorial.